Hay un dicho popular que reza: “Cuando el río suena, piedras trae”.
Esta semana arrancó con la incómoda noticia confirmada el martes por el diario Globo Esporte de Brasil acerca de las llamadas y posterior reunión que han sostenidos directivos del Flamengo de ese país con el actual técnico de la Vinotinto, José Peseiro.
Lo que podemos compartir por aquí es que le hagan ofertas o propuestas al técnico de la Selección no es ninguna anormalidad, es hasta normal que un seleccionador reciba ofertas, llamadas y ofrecimientos.
Lo que pueda llamar la atención es que no haya quedado ahí, sino que el técnico les haya aceptado la reunión. Porque ¿para qué otra cosa la aceptaría si no es para escuchar lo que puedan ofrecerle?
Distinto habría sido, lo llaman y el DT respondiera “no gracias, estoy con la selección de Venezuela”. Así que es lógico especular que si les aceptó la reunión (que habría sido en su casa), es porque algo quería escuchar.
Esto además sería una anormalidad en tiempos regulares. Es decir, que un DT de una selección que aún no se estrenara con su nuevo equipo, esté escuchando ofertas o dispuesto a escucharlas suena a algo poco convencional.
Pero José Peseiro se enfrenta a una situación nada normal, por un lado la incertidumbre del inicio de las eliminatorias producto de la pandemia, y por otro lado peor, la pandemia en forma de guerra librada en la Federación Venezolana de Fútbol y el futve en general que atenta contra la concentración de esfuerzos.
Es momento de no caerse a pasiones, si Peseiro escucha ofertas no es grave ni considero debe verse mal.
Lo que si es importante que hasta el momento ha dejado dicho que por ahora es técnico de la Vinotinto y está concentrado en sus objetivos con ese compromiso.
La señal es solo una alerta, una alarma y un llamado de atención por una situación que puede impulsar al técnico a cambiar de aires, más aún si llega una oferta tentadora y retadora.
